Este es el tercer duelo que se da entre los tenientes Feraud y D'Hubert, en el libro de Joseph Conrad, El Duelo. Luego de una campaña militar, ambos militares se encuentran y vuelven a desafiarse, en el duelo más cruento entre ambos, con final inconcluso.
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No obtuvo su promoción hasta una semana después de Austerlitz. Durante algún tiempo, la caballería ligera del gran ejército estuvo ocupadísima en interesantes labores.; Apenas disminuyó la atención de las tareas profesionales, el capitán Feraud se preocupó de organizar un encuentro sin pérdida de tiempo.
"Conozco bien a mi pájaro —observaba sombríamente—. Si no ando muy vivo, se las arreglará para que lo asciendan por sobre una docena de compañeros más meritorios que él. Tiene un verdadero talento para esta clase de maniobras." Este duelo se llevó a cabo en Silesia. Y si no terminó con una derrota, fue por lo menos proseguido hasta el total agotamiento de ambos contrincantes. El arma era el sable de caballería, y la pericia, la, ciencia, el vigor y la determinación de ambos adversarios provocaron la admiración de los testigos. Este encuentro se convirtió en el tópico de mayor interés en ambas orillas del Danubio y su rumor alcanzó hasta las guarniciones de Gratz y Laybach. Siete veces cruzaron los sables. Ambos tenían heridas de las que manaba sangre en abundancia. Ambos rehusaron interrumpir el combate, rechazando toda insistencia, manifestando un mortal rencor. Por parte del capitán D'Hubert, esta impresión era causada por su deseo racional de terminar de una vez por todas con el asunto; por parte del capitán Feraud, por una tremenda exaltación de sus instintos belicosos y el formidable estímulo de la vanidad herida. Finalmente, desgreñados, con las camisas hechas jirones, ensangrentados y manteniéndose difícilmente en pie, fueron separados a la fuerza por sus atónitos y horrorizados padrinos. Más tarde, asediados por sus compañeros ansiosos de conocer los detalles, estos caballeros declararon que no habrían podido permitir que continuaran indefinidamente en esa carnicería. Cuando se les preguntó que si esta vez los adversarios consideraban saldada su diferencia, expresaron su convencimiento de que era ésta de tal naturaleza, que sólo podría liquidarse con la vida de una de las partes. La sensacional noticia se extendió de un cuerpo de ejército a otro, penetrando hasta los más pequeños destacamentos de tropas acantonados entre el Rin y el Save. En los cafés vieneses se estimaba, por datos fidedignos, que los adversarios estarían en condiciones de enfrentarse nuevamente en el campo del honor, al cabo de tres semanas. Se esperaba algo realmente extraordinario en materia de duelos.
Estas esperanzas fueron frustradas por las exigencias del servicio, que separaron a los dos capitanes. Las autoridades oficiales no se habían dado por enteradas de su desafío. Era ésta una cuestión de honor que ya pertenecía al ejército y no se le podía comentar ligeramente. Pero la historia del duelo, o más bien la afición duelística de nuestros héroes, debe haberse interpuesto en el progreso de sus respectivas carreras, pues aun eran capitanes cuando volvieron a reunirse durante la guerra con Prusia. Destacados hacia el Norte después de Jena, junto con el ejército dirigido por el mariscal Bernadotte, príncipe de Ponte Corvo, entraron juntos en Lülbeck.
7 comentarios:
Conrad, qué magnífica prosa. Y que fuerza la de esta historia.
Monsieur, regresa usted a uno de sus relatos favoritos.
Yo creo que fue usted uno de aquellos caballeros realmente!
Buenas noches, monsieur.
Bisous
Un duelo a sable. debe ser escalofriante y, sin duda, tendrá una estética muy diferente a la que se puede dar con un florete (que es la más típica). Quedarían hechos papilla y no me extraña nada.
Saludos
Hola Carmen, gracias por tu aporte, veo que sabes bastante y yo aunque no lo creas, no se tanto. Puedes escribirme a duboisdumas@gmail.com
Carolus, no puedo ver los enlaces que me envías, también si quieres puedes enviarmelos a mi correo
Extraordinario post. He votado en la encuesta, por honor, siempre.
Un beso
Gracias Paula por tu aporte y por tu voto. Gracias también Mme Minuet, a lo mejor es así como dice usted :)
Voy a volver a leer con calma sobre este nuevo duelo :), por el momento paso para avisarte que en mi blog he dejado una respuesta a tu pregunta de cómo hacer para publicar el premio en tu blog, disculpa la tardanza pero es que recién hoy he podido reincorporarme a mis actividades virtuales :D.
Yo también voté en la encuesta ;)
Un abrazo
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